Durante el embarazo, hay una necesidad más elevada de vitaminas y minerales. La toma adecuada de vitamina A es muy importante, ya que la vitamina A tiene un papel esencial en el crecimiento y el desarrollo del embrión.
Tanto una dosis demasiada elevada como una dosis demasiada baja de vitamina A pueden ser perjudicales para el feto. Para evitar una dosis demasiada elevada, se desaconseja comer hígado y productos de hígado (como aceite de hígado) durante el embarazo. Para llegar a la dosis de 800 µg por día, es importante que las mujeres embarazadas coman muchas verduras (como pimientos rojos, zanahorias, espinacas y judías) ricas en betacaroteno, el precursor de la vitamina A. El betacaroteno se convierte en vitamina A dentro del organismo. El cuerpo solamente convierte en vitamina A la cantidad que necesita.
La dosis recomendada en suplementos alimenticios es de 1,2 mg o 1200 µg de vitamina A por día. No se puede superar esta dosis. Hay que vigilar el contenido de vitamina A total cuando combina varios suplementos alimenticios o come alimentos ricos en vitamina A (como productos de hígado). La combinación con alimentos ricos en betacaroteno no constituye ningún problema.